La Langosta de Alghero
Nacida y criada en una isla, salvo algunas escapadas que el destino impuso, me siento, como la mayoría de los isleños, mas a gusto en tierra que en el mar. Miro éste último con una especie de temor reverente, como si todo el bien y, desde luego, todo el mal llegara a través de sus orillas. Misteriosos y bellos los paisajes marinos, para mi, evocan siempre algo mas.
Esa condición 'insular' marca mucho, aprendí a nadar por que mi padre con su corazón de marino veneciano así lo impuso, y nado con aprehensión cuando es absolutamente necesario, sobre todo después de ver la película "Tiburon". Prefiero pasear por la playa y recolectar todos los trozos de madera que devuelve la marea, moldeados, y permeados de salinidad... En cuanto a mis gustos gastronómicos obviamente están mas dirigidos hacia la tierra, aunque he de reconocer que las tentaciones marinas tienen un encanto que estoy descubriendo con especial deleite. Gustar una langosta de Alghero, ciudad de la costa norte de la mediterranea Cerdeña, ha sido una experiencia casi mística.
Elaborada con simplicidad para resaltar su gusto fresco y delicadamente marino; estas langostas se cuecen en abundante agua salada, y se acompañan únicamente con cebollas dulces, tomates maduros y apio fresco, bañadas con una vinagreta elaborada con aceite de oliva extra virgen, los jugos de la propia langosta y unas gotas de limón...
Esa condición 'insular' marca mucho, aprendí a nadar por que mi padre con su corazón de marino veneciano así lo impuso, y nado con aprehensión cuando es absolutamente necesario, sobre todo después de ver la película "Tiburon". Prefiero pasear por la playa y recolectar todos los trozos de madera que devuelve la marea, moldeados, y permeados de salinidad... En cuanto a mis gustos gastronómicos obviamente están mas dirigidos hacia la tierra, aunque he de reconocer que las tentaciones marinas tienen un encanto que estoy descubriendo con especial deleite. Gustar una langosta de Alghero, ciudad de la costa norte de la mediterranea Cerdeña, ha sido una experiencia casi mística.
Elaborada con simplicidad para resaltar su gusto fresco y delicadamente marino; estas langostas se cuecen en abundante agua salada, y se acompañan únicamente con cebollas dulces, tomates maduros y apio fresco, bañadas con una vinagreta elaborada con aceite de oliva extra virgen, los jugos de la propia langosta y unas gotas de limón...
Y ya dispuestos a disfrutar de un plato con sabores de verdad! La mejor compañía, sin salir de la Cerdeña es el Tuvaoes, Vermentino de Cerdeña D.O.C.
Se trata de un magnífico vino blanco con Denominación de Origen Controlada, obtenido a partir de
la uva Vermentino. De color amarillo muy intenso, con reflejos verdosos, y brillantes, de buena
intensidad y con notas de hierbas,
flores y hojas de tomate. Es sencillamente perfecto para platos de la cocina marinera. Para exaltar al máximo sus características les aconsejo servirlo a una temperatura de 10-12º C.
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