Ensalada tibia de col rizada (kale)

La nueva estrella de las dietas

Desde que se pusieron de moda las dietas vegetarianas,  la paleo dieta y la recién llegada del balance metabólico, las verduras, en todas sus variedades, se han convertido en verdaderas estrellas del firmamento gastronómico; sobre todo las de la familia de las Brasicáceas, antes llamadas crucíferas, entre las que encontramos el brocoli, la coliflor, las coles de Bruselas, el colinabo, y todas las variedades de repollos o coles. Su popularidad se debe a su alto contenido nutricional y sus enormes beneficios para la salud, que no hay revista, programa de tv, blog de cocina o de nutrición que no le hayan reservado un espacio para su difusión y puesta en valor. 

Hablemos un poco de la col rizada (kale): es una planta originaria de Asia Menor, llegó a Europa hacia el 600 dC, y rápidamente se convirtió  en parte de la gastronomía invernal del Centro de Europa y de la Europa Alpina.  Se cultiva entre los meses de diciembre y marzo, sobre todo después de las nevadas y heladas nocturnas,  pues el frío activa un proceso metabólico al interno de estas plantas conviertiendo el almidón de las hojas y tallos  en azúcar, lo que le confiere un sabor  muy agradable.

Para que se hagan una idea de la carga nutricional de esta verdura,  100 g de kale equivale a 50 calorías, es rica en calcio, vitaminas A, C y K; tiene un alto contenido de minerales, antioxidantes y fibras.   A esta verdura se la puede considerar, sin lugar a dudas, un "super alimento" en vista de que contiene un poderoso fitonutriente (indole-3-carminol, I3C), que según estudios realizados en diferentes centros de investigación, reduce el crecimiento de células cancerígenas, entre otras muchas virtudes. Por lo que los nutricionistas nos recomiendan a consumirla dos veces a la semana en sus diferentes clases.  

Ahora viene mi parte... Les puedo asegurar que estas coles rizadas no eran de mis verduras favoritas,   siempre las había comido en crudo,  como marco de  ensaladas "trendy" en esos bares  "hipster", tan en boga en las capitales europeas.  Para mi, comer estas ensaladas condimentada con salsas varias y acompañada de semillas y germinados de todos tipo,  no era mas que una desafortunada experiencia  de rumiante,  que repetía una y otra vez buscando darle la oportunidad de reconocer alguna bondad a esas creaciones, mas allá de las estrictamente nutricionales, y por otro lado, siendo totalmente honesta con ustedes, para no sentirme aislada en este mundo gastronómico que anda en procura de sabores nuevos y en el rescate de antiguas especies.  Al regresar a casa después de cada experiencia me prometía a mi misma, mientras me cepillaba los dientes, que no lo intentaría otra vez ... 

Hoy, sin embargo  me armé de valor,  preparé  para el almuerzo una ensalada tibia de col rizada que quedó tan rica que me atrevo a  compartirla con ustedes con la seguridad personal de que la repetiré varias veces mas, por lo fácil que es y lo rica que queda...  Ahí va la receta!

Ingredientes

500 g de col rizada

240 g de garbanzos cocidos

150 g de queso feta

aceite de oliva a gusto

Sal a gusto

Preparación

Antes que nada procede a lavar muy bien las hojas de col, pues como son rizadas pueden contener residuos de tierra entre sus pliegues.  Luego corta las hojas y los tallos en trozos (de dos dedos de ancho aproximadamente); pon un poco de agua a hervir (no mas de 2 tazas) así evitarás que en la cocción la verdura pierda gran parte de los minerales, agrega una cucharadita de sal, cuando el agua esté hirviendo, echa los trozos de col en la olla y tápala.  Déjalas cocer por espacio de 10 minutos.  Pasados los cuales, retiras las coles del agua y las dejas refrescar a temperatura ambiente.  Una vez tibias, agrega los demás ingredientes: garbanzos cocidos y el queso feta cortado en cubitos pequeños.  Revuelve todo, agrega el aceite de oliva a gusto y rectifica la sal, en mi caso no agregué sal pues el queso feta suele ser bastante salado.

Y eso es todo amigos!! Espero que la disfruten tanto como yo!